La humildad de las flores
-esos prismas de aire y agua
doblados por nuestras pisadas...-,
su efímera belleza,
que, durante sólo unos días,
lava nuestras miradas
y colorea nuestra ilusión...
es la mayor muestra
de lo infinitamente grande
que puede ser todo lo pequeño...
(Carlos Dómine)
"La pequeña vendedora de flores":
No hay comentarios:
Publicar un comentario