Publicado también en Valencia Opinión
Cuánto tiempo ha pasado desde que José Calvo Sotelo pronunciara la famosa y ya histórica frase "Antes una España roja que una España rota"...
Qué tiempos aquellos en los que la aún inocente Derecha creía que la Izquierda, aun en sus antípodas socioeconómicas, era fiel a sus principios de unidad e internacionalismo...
La Izquierda histórica era concebida como una amalgama de lucha por la igualdad económica y la unidad universal...
Cuán falsas e hipócritas se han mostrado sus auténticas fauces con el devenir de los años...
La igualdad se desenmascaró simplemente ante todos como igualdad en la miseria, mientras que sus "preclaros" dirigentes, pastores de un rebaño de bobas ovejas que sustituyeron su fe en la divinidad por la fe en los chamarileros, gozaban de insultantes privilegios ocultos al proletariado, ahora realmente convertido en lumpen...
Y el internacionalismo y la unidad... esa unidad férreamente soldada en la Unión Soviética por el hombre de acero que fue Stalin a lo largo de los años se fue disolviendo como tenue azucarillo...
En España, la Izquierda ha mostrado la peor cara de posible del desintegracionismo... Ha sido esta Izquierda -histérica e hipócrita- la que más ha luchado para excavar las ridículas zanjas de la división autonómica... La que más ha apoyado los mezquinos estatutos de autonomía de estos falsos países de opereta, de estas farsas zarzueleras "que nos hemos dado"...
Esa, etimológicamente, diabólica izquierda (del griego "diabolos", 'el que separa y calumnia') ha mostrado en España, durante los años en que ha regido esta aciaga Constitución de 1978, todo el esplendor de la lucha por la desunión, por la consecución del enizañamiento tribal entre hermanos y ha dotado de completo sentido la histórica cita de "Divide y vencerás"...
Ha de dividirse lo unido para que, triunfante, venza el Socialismo...
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