Tu amor de niña
es el latir de las flores
en el caer de sus pétalos
Tu amor de niña
es el crepitar de la lluvia
que lava, balsámica, cualquier tristeza...
Agua de amor
que fertiliza la ilusión
eternamente renacida,
cíclicamente engendrada,
como el primer día que te vi...
como aquella primera vez que vi el amanecer de tus ojos
Tu amor de niña
límpido, eterno, suave
claro y luminoso,
como un diamante tallado
por miles de Soles recién creados.
Tu amor de niña
sincero y palpitante
encendido como el rubí
de un corazón cristalinamente ardiente
en su rabiosa pureza.
Hazme tuyo
niña sin fin
mujer eterna
caricia de las nubes
suavemente evaporadas
de ese océano de amor
en que me hundiste para siempre...
(Carlos Dómine)

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