Perdonar es un hábito muy difícil de aprender... Especialmente si el ofensor no pide perdón al ofendido...
De hecho, perdonar, sin haber recibido disculpas, sería incluso inmoral para los que crean en Dios... Dios, para ellos, debería ser el ejemplo... Y Dios perdona a quien le pide perdón... Pero condena eternamente a quien no lo hace...
La mejor forma de perdonar, en la práctica, es decirse a uno mismo: "¿Voy a estar perdiendo aún más tiempo de mi vida pensando en el daño que me hizo esta persona...? Pues no... Lo mejor es olvidarse de él"...
Ése es el otro tipo de perdón: el olvido...
Pero nuestra obligación en la vida no es perdonar, sino no hacer daño... Sólo así evitaremos convertir nuestra falta de perdón en venganza...
(Carlos Dómine)
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