El agua y la estrella

Hubo un hombre que quiso ser agua para disolverse en un mar de olvido

Hubo una mujer que quiso ser estrella para ocultar su luz entre millones de guiños

Hubo un hombre que quiso ser coral para esconder su color en un bosque sumergido

Hubo una mujer que quiso ser una más entre infinitas gotas de rocío

Hubo un hombre que no quiso ser ave, ni alas, sino una humilde rama en un nido

Y hubo una mujer que quiso ser perla para ocultar su fulgor en un ataúd escondido

Y la rama cayó y fue arrastrada por la gota, y fueron fluyendo hacia un río

Y el río desembocó y besó el agua callada del olvido

Y hubo una ola, que arrancó el coral, y elevó la perla, liberada de su escondrijo

Y meció la rama y fue el espejo, en un eterno instante, de aquella estrella y su brillo


(Carlos Dómine)

(A mi única estrella)